A la hora de hacer turismo, una de las preocupaciones que acucia al viajero es la cuestión del idioma. Entender y hacerse entender es algo fundamental para disfrutar unas vacaciones y un crucero no es una excepción, aunque hablar más de una lengua siempre ayuda. Por suerte, la oferta de las navieras es tan amplia que siempre encontraremos un barco que se ajuste a nuestros conocimientos.
Si no se quiere tener ninguna duda acerca del idioma, lo mejor es realizar un crucero en la que la lengua principal sea el español, como ocurre con la compañía de cruceros Pullmantur. Otra opción bastante adaptada a nuestras costumbres y dominio de lenguas es navegar con navieras que tengan escalas o zarpen desde puertos locales, como MSC Cruceros, Costa Cruceros, Royal Caribbean o Norwegian Cruise Line (con salidas desde Barcelona).
But, attention, please! El inglés es la lengua franca por excelencia y si contamos con una buena base en el idioma de Shakespeare no tendremos ningún problema en la mayoría de rutas o navieras. Es la situación ideal cuando se navega en compañías fuera de las zonas de influencia latina (como el Mediterráneo o Caribe), ya que aunque muchas compañías que operan en el Atlántico, Asia o el Norte de Europa suelen poner ciertas facilidades, es posible que no nos sintamos 100% cómodos si sólo hablamos español.
Aunque nuestro idioma es cada vez más utilizado a bordo (recordemos que es una de las lenguas más habladas en el mundo), su penetración en la oferta de transatlánticos puede ser desigual aunque se trate de compañías de reconocido prestigio como Celebrity Cruises, Carnival o Holland American Line, entre otras. Por un lado, encontramos la figura del Embajador o Anfitrión Internacional: se trata de una persona políglota que atiende a los pasajeros pero solo en un horario determinado en la recepción del barco o un despacho. Por otra parte, también podemos encontrar cartelería en castellano en los camarotes, zonas de tránsito del barco y menús de los restaurantes.
Otra de las posibilidades es que se hagan anuncios en español a través de la megafonía. También puede darse el caso de que un porcentaje de la tripulación, al tener formación en turismo e idiomas, tengan nociones de español o de alguna lengua ‘similar’, como el italiano o el portugués, factor que puede facilitar la comunicación, pero no siempre es así.
En ocasiones se da el caso de que recomiendan a los pasajeros hispano hablantes que se junten en las zonas de restauración con camareros que conozcan la lengua española o los inviten a hacer las excursiones con esos grupos, aunque el crucerista bien informado debe cerciorarse antes de contratar un viaje de que las escalas previstas ofrecen recorridos con guías en su idioma. Otro de los servicios con los que no tendrán problemas es con los espectáculos, ya que la mayoría se centran en la música y la imagen y, si son necesarios, tendrán pequeñas indicaciones habladas que se emitirán en una notable variedad de idiomas.