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La ceremonia de botadura es una larga tradición en el sector marítimo. Se realiza a los barcos una vez salen del astillero. Anímate a conocer un poco de historia con crucerum.com
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Cuando un barco ha terminado su etapa de construcción en el astillero y superado en este lugar la etapa de pruebas, tiene visto bueno de salida.
Se ha denominado botadura, porque es la presentación al mundo y la primera vez que el barco esta en agua fuera de su casa matriz.
A parte de ser un momento de festejo, es una prueba de fuego para el navío, porque se verificarán todas las especificaciones tanto de diseño como técnicas y se le otorga un nombre.
La ceremonia de botadura es, en si, el bautizo de la embarcación.
Una tradición histórica
La ceremonia de botadura data desde la época griega, y aunque las formas de celebrarla se han transformado a través del tiempo. Dicha tradición no se ha perdido y constituye un estándar del sector marítimo.
Como toda tradición, en los diferentes momentos a traves de la historia, el no realizar la botadura del barco se ha asociado con eventos tragicos. Y es que esta ceremonia se ha llenado de supersticiones.
Los griegos vertían sangre en los barcos, de los sacrificios que ofrecían a sus dioses, pidiendo protección del navío en el mar. La primera concepción de este evento surgió para evitar disgustar al mar y que los barcos tuvieran bendición divina.
En la antigüedad las formas de bautizar pasaban por sacrificar animales, a rociar sangre humana, mientras se tenían fiestas al compás de música, comida y vino.
Con los años las formas de celebrar han venido transformándose y apropiándose de acuerdo a la cultura de la sociedad del momento.
Así, en la India la botadura era de carácter netamente religioso con ceremonias a sus dioses, en Japón había lanzamiento de hachas con las que se creía se alejaba el mal, entre otras.
Con los años en la modernidad se asumió la ceremonia de botadura como una forma cortes de probar la resistencia y seguridad del barco.
Asumiéndose como una presentación en sociedad, donde se rompen botellas de vino o champán en los cascos y siempre presidida por altas personalidades de la sociedad, realeza.
La ceremonia de botadura es todo un evento cargado de protocolo.
La primera vez que se uso esta forma fue en 1797 en el bautizo del ‘USS Constitution’, una fragata de la Armada de los Estados Unidos.
Las formas de realizar la botadura
Se han concebido tres formas de realizar la botadura de barco durante la ceremonia de botadura:
- La forma mas tradicional es hacer que el barco se desplace por la grada sobre la cual se ha construido, así estará encaminado a entrar al agua por su popa hasta quedar a flote.
- La segunda forma de celebrar el bautizo es la llamada botadura lateral. Consiste en soltar el barco y dejarlo deslizar lateralmente hasta estar por completo en el agua.
- La tercera forma es la de flotadura, se usa cuando la estructuración del barco se ha hecho en un dique seco, una vez terminado se conduce el mismo al agua.
Supersticiones sobre la ceremonia de botadura
Con esta ceremonia se dota al barco simbólicamente de una personalidad y se dota cosmológicamente como en antaño de una buena vida.
Con los años se han marcado en imaginario cultural, supersticiones sobre la ceremonia de botadura, entre las que sobresalen:
- Que el nombre con el que se bautiza a una nave no se le puede volver a cambiar, hacerlo es de mala suerte y augura un destino de complicaciones.
- Si la botella no se rompe al golpear contra el barco es un mal presagio, además el barco se considerará que no se ha bautizado.
- El nombre que se le de al barco debe ser el nombre la prometida, la esposa o la amante, de esta manera se sella el lazo entre el barco y su dueño.
El hacer no bautizar el barco o que no sigan las tradiciones ha devenido en que se asocien eventos catastróficos.
El caso más famosos fue cuando, la naviera White Star Line decidió poner a navegar el Titanic sin haber realizado la tradicional ceremonia de botadura.
Otra situación aconteció en 2007, cuando la duquesa de Cornwall en el momento de romper la botella esta no se estalló.
En un itinerario en curso de navegación 80 de los tripulantes contrajeron una enfermedad estomacal que se llamó ‘La maldición de Camila’.
Así mismo paso en el bautizó del crucero Costa Concordia, que encalló frente a la isla de Giglio (Italia).
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